En las primeras impresiones, La Habana puede parecer un rompecabezas confuso, pero descubra cómo juntar las piezas y emerge una bella imagen.
Es complicado
Nadie podría haber inventado La Habana. Es demasiado audaz, demasiado contradictorio y, a pesar de 50 años de abandono fulminante, condenadamente hermoso. Cómo lo hace nadie puede adivinar. Tal vez es la historia de capa y espada aún casi perceptible en las calles coloniales atmosféricas; el espíritu de supervivencia de una población marcada por dos guerras de independencia, una revolución y un embargo comercial de los Estados Unidos; o la infatigable energía de la salsa que rebota en las paredes y emana más enfáticamente de la gente. No vengas aquí con una larga lista de preguntas. Solo llega con la mente abierta y prepárate para una larga y lenta seducción.
Una gran ciudad de arte
Puede que aún no sea como París o Nueva York, pero la cultura del arte en La Habana es actualmente una de las mayores sorpresas de la ciudad. La creatividad no es nada nuevo. Los artistas cubanos han desafiado silenciosamente a las élites culturales desde que el nativo José Nicolás de la Escalera comenzó a pintar a los esclavos negros en el siglo XVIII. Hoy el trabajo de Escalera y otros se exhibe espléndidamente en el Museo Nacional de Bellas Artes. Mientras tanto, un equipo más nuevo y más dinámico se congrega para electrificar los «happenings» en la Fábrica de Arte Cubano, el vórtice de la escena artística contemporánea de La Habana.
Cafés fríos y bares bohemios
La Habana atraviesa una etapa interesante en la actualidad. La empresa privada está mostrando los primeros florecimientos de una primavera creativa, mientras que las grandes marcas de ese conocido «frenemy» en el norte aún no han logrado afianzarse. Como resultado, la ciudad está plagada de experimentación. Aquí un café dandy engalanado como la guarida de un artista bohemio, hay un bar lounge en el trancey donde los viajeros serios se sientan a comparar las camisetas de Che Guevara. Tal vez es algo que ponen en los mojitos, pero el rostro de la cultura cubana nunca se vio tan bien.
500 años de historia
En La Habana, la historia se amontona como un tesoro destruido en una playa bordeada de palmeras. Excepto en estos días, las plazas y edificios coloniales se ven notablemente menos destruidos, gracias principalmente al proactivo historiador de la ciudad, Eusebio Leal Spengler, quien ha estado reconstruyendo el lugar durante más de 30 años. Camina por las calles de La Habana Vieja y sentirás rápidamente una conexión genuina con el pasado en las imponentes fortificaciones costeras y las plazas íntimas sin tráfico. Igualmente fascinantes son los restos más recientes de los matrimonios y divorcios de Cuba con los Estados Unidos y la URSS.
Necrópolis Cristóbal Colón
El cementerio principal de La Habana (un monumento nacional), uno de los más grandes de América, es famoso por su llamativa iconografía religiosa y elaboradas estatuas de mármol. Lejos de ser espeluznante, un paseo por estas 57 hectáreas sagradas puede ser un paseo educativo y emocional a través de los anales de la historia de Cuba. Un mapa (CUC $ 1) que muestra las tumbas de una variedad de artistas, deportistas, políticos, escritores, científicos y revolucionarios está a la venta en la entrada.
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