Constantemente reinventándose a sí misma mientras corre hacia el futuro, pero inextricablemente unida a su pasado glorioso y notorio, Běijīng es tan convincente como complejo.
Comida Heaven
La comida es una obsesión para los chinos y la deslumbrante variedad de diferentes platos que encontrarás en Běijīng refleja la gran alegría que los lugareños comer. Cenar fuera es la principal actividad social; es en los restaurantes donde Běijīngers van de fiesta con amigos, se rompen mutuamente, tienen reuniones familiares y hacen negocios, y la gran variedad de lugares para comer aquí es alucinante. Los menús lo mantendrán salivando sobre el suculento pato de Pekín, deliciosas albóndigas y fideos masticables, pero también hay alimentos de todos los rincones de China (y más allá) para tomar muestras. Desde la fogosa cocina sicuasiática hasta la cocina uigur de inspiración turca, los más de 60,000 restaurantes de Běijīng cubren todas las bases.
Delicias imperiales
Pocos lugares en la tierra pueden coincidir con el extraordinario panorama histórico que se exhibe en Běijīng. Hay seis sitios del Patrimonio Mundial de la Unesco solo en esta ciudad (solo uno menos que todo Egipto). En su corazón está la magnífica Ciudad Prohibida, un palacio real a una escala sin igual. Běijīng es también el hogar de templos sublimes que aspiran a la perfección cosmológica, mientras que el centro de la ciudad está atravesado por hútòng encantador: antiguos callejones que rebosan de vida hoy en día, como lo hicieron hace cientos de años. Y, para colmo, la imponente Gran Muralla serpentea a través de las colinas al norte de la ciudad.
Ambición arquitectónica
No es solo la arquitectura antigua lo que cautiva a los turistas. En Běijīng también se encuentran algunos de los edificios modernos más innovadores del mundo. Los principales arquitectos del mundo buscan la oportunidad de dejar su huella en esta potencia mundial, y estructuras asombrosas como CCTV Building, Galaxy Soho, la sala de conciertos NCPA y el Estadio Olímpico son claros signos de que Běijīng no es tímida a la hora de proclamar su estado como capital de China. Al igual que los templos y palacios del pasado antiguo, y los imponentes monumentos realistas socialistas de la década de 1950, estas últimas incorporaciones se basan en una escala que grita: «¡Mírenme!».
Acróbatas y artistas
Běijīng no es solo el centro político de China, también es el corazón cultural del país. Los mejores artistas, escritores, cineastas y músicos del país convergen aquí, haciendo de este el lugar para tomar el pulso de la escena cultural en constante evolución de China. Con museos de primera clase, galerías en abundancia y un número cada vez mayor de locales de música, hay suficiente para mantenerte ocupado día y noche. Běijīng es también el centro de las artes escénicas tradicionales chinas. Ya sea que se trate de la mística de la ópera de Pekín, los acróbatas tambaleantes o las elegantes líneas de la danza clásica china que te atraviesa, la capital la tiene y más.
Grande Běijīng para ser visitada, principal punto de China.
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